
Voces dentro de mí piden ser liberadas
y ser inocentes de esta batalla que
en mis entrañas se libera. Ruge mi pasión
por ver desencadenarse esta quimérica
anécdota, pero la paz llegará, luego de
mucho sufrimiento y la lealtad no desistirá
y arderá a la llama de mil soles. Cenizas brotarán
y mi auge llegará, y desde ese momento
emprenderé mi camino hacia
mi corazón, en busca de la razón.
Este juego eterno, vaivén de amores
y decepciones, cementerio colmado
de ilusiones a cuerda de violín
en un sin fin de sentimientos apaciguados
por la paz, tan llenos de ira. Ojos que cruzan
el umbral de la vida, y gozan despechadas los
sin sabores de la maldición, enrumbadas hacia
las ondas de un color sin control, absorbiendo
el sonido de la insensatez. -Caprichosa inmadurez-
corre sin sentido por el manto de la dulzura
y lleva contigo la corona del saber para
que en un después, saborees la victoria
en un quehacer destinado a un presente
peligroso y tan tranquilo.
La fascinante melodía de lo incognito
tienta a mi ser ir hacia territorios
desconocidos por el corazón, conocidos
por la razón. [Suave y lenta melodía] Juegas
conmigo y suavizas mi piel, rechazando mi pasado,
siendo el fin del sueño que persigo...
Preparando filas de sueños, tinieblas y amor
para poder luchar contra todo a fin de llegar
al sueño, inalcanzable por momentos, palpable
por otros... Seguir erguido, para no perecer
en vano, y juntando mi mano
llenada de confianza para comenzar una
lucha en mi mundo, y así conquistar...
el Réquiem por un sueño