
La inocencia de tu ser borda
una corona de tiempo
en una frágil eternidad,
con ternuras en capullo,
por un cristal que aguarda
ser sorbido de golpe
por tu inmenso corazón
Tácitas mañanas de oleajes
sin fondo. Mareas tristes por la
ausencia lunar, cuyas aves marinas
guardan tu llegar. Culpa a la vida,
culpa a la suerte, culpar al destino
culpa a la suerte, culpar al destino
por no darme las alas que posees
para llegar así a la taciturna dulzura
que por el reproche de Dios....
Logré probar.
Caminar por los bosques violetas
de una falsa esperanza, marcada por senderos
de tristeza y tormentas
como rocas que esperan la suavidad
de la brisa en su eterna estancia
en las nómadas cavernas
del corazón que las guarda...
Oh bendito destino!, caprichoso vaivén
de complejas estancias invernales
que mi ser desea apaciguar
con las alas blancas de tu gran
misterio del cual yo nací....
Solitary Wolf.
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